El alemán Nils Pickert es padre de un niño de cinco años de edad al que le gusta vestirse con faldas y vestidos, además de jugar con maquillajes y pintarse las uñas. Admite que al principio no supo bien cómo encajarlo, pero después de mucho reflexionar sobre el asunto llegó a la conclusión de que no solamente debía permitirle que, libremente, se vista como más le guste, sino que además debía prestarle un apoyo extraordinario. Temía que la presión social en contra fuese demasiado para un pequeño tan espontáneo y despreocupado, como deseaba que siguiera siendo. Así que decidió apoyar a su hijo vistiéndose él también con una falda y saliendo a pasear tranquilamente, para transmitir el siguiente mensaje: "Que un niño se ponga una falda no es malo, no hace daño a nadie".
La foto tomada en un pequeño pueblo de Alemania ha dado la vuelta al mundo en blogs y redes sociales. El artículo ha sido traducido a varios idiomas sin consentimiento de la revista ni del autor, lo que ha tenido como consecuencia que sobre el pequeño de cinco años haya recaído una presión mediática que deja en pura anécdota lasburlas de sus compañeros de colegio.
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